quién soy
Elena Fernández
Una maestra de yoga es como la música, si su frecuencia está en sintonía con la tuya te moverá por dentro. Ojalá y mi forma de compartir el yoga te resuene y te ayude, porque mi mayor deseo es transmitir la alegría y el bienestar que a mí me aporta hacer yoga. Mi objetivo es que tú te sientas mejor. Si no conectas con mi ritmo, no te desanimes quizás no sea el momento o quizás debas seguir buscando tu propio camino. Aun así estaré aquí para lo que necesites feliz de conocerte. Si quieres saber un poquito más de mí, de mi vida fuera de la esterilla puedes curiosear esta lista sobre 8 cosas sobre mí que te he escrito con cariño.
1. Mi nombre es Elena.
Mi madre me llamó así porque viajó a Grecia de joven y quedó enamorada de su belleza.
Elena significa luz.
Cuando tenía 22 años yo también hice un viaje a Grecia, a la vuelta de ese viaje tomé la decisión de ser profesora de yoga, pero me demoré 13 años más en hacerlo realidad.
Defiende tus sueños y ten paciencia.
2. Soy licenciada en Derecho.
Pero nunca he querido ejercer, siempre he tenido una gran vocación de servicio y he encontrado la manera que me hace feliz para canalizar mi vocación a través del yoga.
Nadie puede decirte como vivir, encuentra tu propio camino.
3. He vivido 8 años en Italia.
Milán y sobre todo Roma fueron mi hogar durante mucho tiempo.
Me encanta comer pizza y espaguetis.
4. Soy muy fan del mar
De los ríos, de la lluvia y las fuentes. Prácticamente solo bebo agua y té.
La primera vez que desee en voz alta ser profesora de yoga estaba frente al mar.
Be water my friend.
5. Soy hija, hermana, nieta, sobrina y amiga
De mujeres vibrantes, alegres y llenas de luz a las que agradezco hasta el infinito toda la sabiduría que me han transmitido. Es por ellas que amo cocinar, creo que alimentarse es una forma de medicina natural, un espacio mágico en el que expresarse.
Come bien, piensa bien, vive bien.
6. Soy profesora de Hatha Vinyasa Yoga.
Certificada por Yoga Alliance. Comencé a formarme con la única intención de profundizar en esta disciplina que me apasiona. Tengo que agradecer a mis maestras que prácticamente me empujaran a dar mi primera clase, confiaron en mí y el universo conspiró a mi favor y así empecé a impartir clases regulares de yoga. Mi trabajo me hace muy feliz y me llena de alegría poder compartir mi práctica.
Cada día es una oportunidad para convertirte en quien quieres ser.
7. Soy muy curiosa y me encanta estudiar.
Sigo formándome, he realizado una formación como profesora de yoga para niños y actualmente estudio yoga miofascial, ayurveda y medicina china aplicada al yoga. Me interesan todos los tipos de yoga porque cada uno tiene algo importante que aportar. Disfruto asistiendo a conferencias y congresos para seguir aprendiendo y poder ofrecer lo mejor a mis alumnos.
Cada día es una oportunidad para convertirte en quien quieres ser.
8. La práctica del yoga cambió mi vida.
Tras años de pausa el yoga reapareció en mi vida justo en el momento en el que más lo necesitaba. Me sentía superada por el estrés, agotada, llena de preocupaciones personales y con mucha carga de trabajo ¡y menos mal que apareció el yoga!
Con la práctica me di cuenta que empezaba a sentirme mejor, física y mentalmente. Poco a poco ganaba fuerza y aprendía a dejar ir sentimientos y emociones que no me hacían bien. Fui ganando flexibilidad a la vez que recuperaba la calma y la alegría. Hoy en día, las preocupaciones y el trabajo siguen ahí pero ahora tengo las herramientas necesarias para que no me afecten.
El yoga te sana el corazón, clama tu mente.
